jueves, 3 de enero de 2008

POBRE IGLESIA ESPAÑOLA

El 30 de diciembre se realizó en Madrid una numerosa manifestación a favor de la familia cristiana. Este evento fue convocado por la jerarquía de la Iglesia Católica y contó con la participación de varios obispos españoles. Como viene siendo costumbre la Iglesia española, en lugar de proclamar la enseñanza de Jesús y los valores de la solidaridad, insiste rabiosamente en el enfrentamiento con el gobierno socialista, su denuncia fantasmal de persecución del catolicismo y de su total intolerancia contra aquellas leyes civiles que están fuera de la religión.

Me parece perfecto la respuesta del Partido Socialista y trascribo el punto tres de esta declaración: “La fortaleza de la democracia consiste en la garantía de la convivencia de opciones ideológicas, morales y religiosas distintas, sin aceptar la imposición de ninguna en particular. En este sentido, en un régimen de libertades, la fe no se legisla. La legitimidad de los valores y de las reglas de la convivencia emana de los principios y procedimientos constitucionales. No hay más legitimidad que la legitimidad constitucional”

Totalmente de acuerdo. Los obispos españoles tienen que entender de una vez por todas, que estamos en el 2008 y nuestro tiempo es de la información, el conocimiento y la ciencia y contra ellos no vale ese mensaje: “De la costilla de Adán salio Eva” y todos esos dogmas católicos que explicados como lo hacen hasta hoy, suena a cuento, fabula o tomadura de pelo. Por eso las iglesias están vacías y frías.

Soy creyente, no a mi manera como dicen algunos, soy creyente de Jesús, de su solidaridad, de su compresión, de su compromiso. No quiero ser creyente para ir al Cielo, lo soy porque quiero ser hermano en la tierra y quiero justicia y bien para todos: para los no creyentes, a los de otras creencias, gays, lesbianas, prostitutas, divorciados, etc.

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