martes, 20 de noviembre de 2007

Vargas Llosa y el monarca


Hay que comprende las alabanzas de Mario Vargas Llosa hacia el rey de los españoles (El País domingo 18 de noviembre). Su declarada repulsa contra todos aquellos que sean de izquierdas y su particular enfrentamiento contra los gobiernos de Bolivia, Ecuador, Cuba y Venezuela le hace caer en varias contradicciones en su presuroso afán de defender y dar honores al monarca Juan Carlos de Borbón.

En todo momento el escritor peruano, en su artículo, trata de minimizar la intervención del presidente Rodríguez Zapatero en la discusión con el presidente Chávez. Al contrario de lo que se vio y de lo que después dijeron la mayoría de analistas y políticos para Vargas Llosa la intervención del presidente español no fue relevante. Toda la gloría se la ofrece al “valiente” rey de España.

El artículo está lleno de descalificaciones e insultos a los gobiernos de izquierdas, a Chávez y a los mismos ciudadanos latinoamericanos por no saber elegir. El escritor es feroz en su crítica, todos sabemos que Vargas Llosa prefiere presidentes como Aznar, Uribe, Calderón y hasta ya empieza a defender a George W. Bush.

La contradicción mayor del artículo es cuando dice: “en las Cumbres Iberoamericanas asisten Jefes de Estado y de Gobierno dignos del mismo respeto. Falso de toda falsedad; el señor Chávez tiene credenciales que lo exoneran de toda responsabilidad civil y democrática, pues en 1992 intento un golpe de estado”. Vargas Llosa la pone fácil y evidente para refutar este argumento no en su veracidad porque es cierto, Chávez intento un golpe de estado, pero si nos guiamos por esta medida el monarca de España sale peor parado. Sus antecedentes están ahí: formación, convivencia y actuación con el régimen dictatorial de Francisco Franco, fue designado como rey por orden de Franco, impera como rey desde hace 30 años, tiene trato supremo, y sus críticos pueden ser sancionados.

No fue un buen artículo ni la mejor defensa al rey, con esos argumentos no se llega lejos.

jueves, 15 de noviembre de 2007

Chavistas y Monarcas


No hay que ser seguidor del presidente Hugo Chávez para reprochar la actitud y burda manifestación de Juan Carlos de Borbón, rey de los españoles, en la última Cumbre Iberoamericana de Santiago de Chile. El enfrentamiento es penoso y peligroso para este importante foro democrático de presidentes de la región.

A pesar que de ambos lados, Venezuela y España, tratan el tema como de victorias o actitudes calculadas para ganar batallas políticas, lo sucedido exige una actitud de reconocimiento de errores por ambos personajes, pero ni Chávez ni el monarca español están por la labor.

El Presidente de Venezuela se equivoca en sus formas y en la oportunidad de sus denuncias contra el ex presidente José Maria Aznar. Su exagerado lenguaje de crispación y de interrupción deja mucho que desear. Peor comportamiento es la de Rey de los españoles que en una actitud atrevida, antidemocrática y soberbia señala, grita y manda a callar a un jefe de estado latinoamericano. Ambas manifestaciones no debe ser una anécdota o una gracia más, si es qué en verdad se quiere construir una integración iberoamericana fraterna y solidaria.

Las relaciones, hoy en día, son tensas y expectantes. Sería bueno que los involucrados, Hugo Chávez y el Rey, dieran muestras de humildad y relajaran tensiones para el bien de las relaciones de España y Venezuela y en la misma importancia para las futuras cumbres iberoamericanas. No es imposible, sabemos que ambos personajes sufren duros cuestionamientos en sus países, no es un tiempo fácil para hacer gestos de cualquier tipo, pero quizás sea necesario un riesgo para corregir el comportamiento en Santiago de Chile que cada día se complica más.