Era una muerte anunciada. Joel Quiroz lo había denunciado
reiteradamente. «Me quieren hacer callar, pero no podrán. Sólo muerto».
Una cámara de seguridad registra que a las 20:10 horas del
30 de diciembre de 2014 dos sujetos bajan de una motocicleta lineal y disparan
tres tiros contra Joel Quiroz Vásquez, dejándole herido de muerte.
Joel saca fuerzas y quiere resistir, como siempre. Quiere
vencer a la muerte. Pero las heridas son profundas y graves. En una ambulancia,
de camino al hospital de Chiclayo, su cuerpo muere. Muere luchando, muere con
dignidad.
Es difícil explicar cómo en una sola persona pudieron
juntarse tantos valores ciudadanos: entrega total, constancia sin límites y
fuerza de atleta para defender a la sociedad.
Joel Quiroz Vásquez era todo eso y mucho más. Por esa razón,
no ha sido difícil escribir sobre él. En realidad, su vida ya estaba escrita en
las entrevistas, en los discursos y en su lucha pública. Sólo he tenido que
reunir todas las piezas y, con ellas, montar un mosaico que nos acerca a la
figura del mejor luchador social que ha tenido Chepén. Un héroe, un mártir.
Marco Flores Sánchez
Mayo 2018