martes, 27 de mayo de 2008

La iglesia española y su demonios



La Iglesia española vive una grave etapa de vida institucional y social, un enorme descrédito moral, político y religioso que hace que la vieja organización católica sea vista, por gran parte de la sociedad, como anticuada, caduca e impropia de una sociedad moderna.

A pesar que la jerarquía de la iglesia achaca sus males y desprestigio al gobierno socialista y a los medios de comunicación, la iglesia y sus principales líderes son los únicos responsables de esta situación.

- Como respaldar a una institución que se ha convertido casi una secta en donde sacerdote o laico que diga lo contrario al pensamiento del papa u obispo es censurado, marginado y apartado.

- Cómo estar de acuerdo con una institución que margina a la mujer de su vida institucional. Es la única institución española y europea que no admite a mujeres dentro su jerarquía. Pensar en mujeres sacerdotes es casi una falta divina.

- Esos mensajes aburridos y de fabula, esos sermones del siglo 18, esos ritos de monarquía, esas imponencias de endiosados, no son comprendidas y muchas veces toleradas por esta sociedad, y con razón.

- Ese fanatismo extremo que quieren imponer algunos sacerdotes y varios movimientos de iglesia hacia la adoración ciega de la virgen María y de la eucaristía. Para un chico de 14 o 16 años esto es cuento chino.

- La iglesia quiere imponer y sancionar, menos mal que la sociedad le pone limite.

- Esa oposición rabiosa a la ley del divorcio, el matrimonio homosexual, el aborto, la religión optativa en el colegio, el mixto, la liberación de la mujer, etc.

- Y por último, de esta corta e inacabada lista, como respetar y tolerar a una iglesia que tiene a la radio COPE como su vocero oficial. Una emisora que propala diariamente odio, estupidez y promueve a la extrema derecha española.

Entonces el mal de la iglesia de España no está en los socialistas, comunistas, laicistas, medios de comunicación etc., está dentro de su propio ser. Pero es inútil los viejos e iluminados obispos y sacerdotes papistas no lo verán, creerán que su desprestigio es un martirio de los tiempos.